La toxina botulínica tipo A es una proteína producida por una bacteria. Se trata de una proteína altamente purificada que, en dosis muy bajas, no produce efectos nocivos. Cuando se inyecta en un músculo específico, disminuye la actividad de éste, inhibiendo su contracción. De esta forma, el músculo se paraliza temporalmente y se relaja, evitando las arrugas de expresión.
La piel circundante a la zona tratada aparecerá más lisa y con menos arrugas.
El tratamiento suele durar una media de 4 a 5 meses, después de los cuales los músculos vuelven a recuperar su fuerza de contracción pero las arrugas no volverán a aparecer con
más intensidad que antes.